martes, 5 de noviembre de 2019

ENTENDER LAS CONDUCTAS HABITUALES POR PARTE DE LOS ENTRENADORES LES PERMITIRÁ UN MEJOR RENDIMIENTO MENTAL DE TODO EL EQUIPO


La tarea de un entrenador deportivo cubre distintas áreas.  El entrenador es como un director de Orquesta, un líder; es la persona que debe  controlar cada detalle y para ello, en la mayoría de los casos, debe estar acompañado de un equipo de trabajo, que le permita alcanzar los objetivos.

El deporte está conformado por 4 áreas claramente definidas. El aspecto físico, el técnico, el  táctico y el psicológico. Un entrenador debe tener conocimientos  de todos estos aspectos,  por ser quien organiza, canaliza, estructura y realiza la toma de decisiones.

En esta oportunidad, me enfocaré en el aspecto psicológico al que los entrenadores le dan cada vez mayor importancia. Los resultados obtenidos por quienes toman en cuenta esta variable con la seriedad  que se merece han permitido resaltar su importancia. Esto  aunado a los estudios científicos, en los que se demuestra claramente  la efectividad de los entrenadores que conscientemente abordan las variables psicológicas.

Para un entrenador, cada acción implica una serie de respuestas conscientes e inconscientes de parte de los deportistas. Por esta razón,   es fundamental determinar las conductas frecuentes y sus consecuencias. 

Las conductas habituales de los entrenadores al interactuar con los deportistas, bien sea deportes de equipo o  individuales, son las siguientes:

El Reforzamiento.

Con esta conducta el entrenador busca premiar al deportista. Se busca reconocer algunas acciones que, para el entrenador, son importantes. Conductas de reforzamiento verbales como un elogio: “Bien”, “Bien hecho”, etc.; gestuales como un aplauso o un gesto de aprobación a la ejecución.
                Aprender a reconocer cuándo es apropiado el reforzamiento y de qué manera es más efectivo con los distintos deportistas es clave para alcanzar el objetivo. Cada deportista es diferente, conocerlos y entenderlos  permite al entrenador saber cuándo el reforzamiento es necesario para que tenga un efecto real.

No Reforzamiento.
Este caso es lo opuesto al anterior. El entrenador no refuerza una conducta o ejecución positiva. Pudiendo reforzarla, no lo hace.  Esta omisión ha de tener un sentido, de lo contrario puede llegar a producir un efecto negativo.

Castigo.
Cuando dentro de la ejecución, el deportista comete un error, o la ejecución no es de la calidad esperada, el entrenador  puede incluir conductas como un grito de reprimenda o sacarlo de la cancha apartandolo de la actividad. Este tipo de conductas suele generar en los deportistas ciertas respuestas en ocasiones positivas, por cuanto buscará hacerlo mejor para evitar el castigo, pero también, en ocasiones, pueden acarrear respuestas negativas. Es por ello que es necesario controlar estas variables conductuales, pues permitirá predecir la respuesta del amonestado.

Animar luego del error.
Luego de que el deportista comete un error es común el castigo, como mencionamos anteriormente, pero, en ocasiones, algunos entrenadores utilizan este tipo de conducta como el mensaje de aliento para una próxima ocasión,  con la finalidad de que, a nivel emocional, el deportista no se caiga y que su  enfoque atencional no se pierda. 

Ignorar el Error.
En algunas ocasiones, el error es obviado por parte de los entrenadores. indiscutiblemente dependerá siempre de la magnitud del error, la circunstancias en las que se generó y las causas del mismo. También hay que tomar en cuenta las diferencias entre los deportes y el “costo” de cada error en el juego o la competencia .
El castigo constante en ocasiones genera rechazo y respuestas negativas  de parte del deportista, por lo que saber manejar el momento apropiado para ignorar el error es fundamental.

Mantener el control
Cuando se producen situaciones no deseadas es importante mantener el control, las emociones suelen hacerse dueñas de deportistas y los entrenadores en esos momentos y puede ocurrir que se deje a un lado el pensamiento coherente, el cual es el fundamental para resolver la situación y realizar la toma de decisión oportuna.
En el caso de los entrenadores de formación, es más importante aún mantener el control.

Instrucciones generales.
Son todas aquellas instrucciones que el entrenador puede dar sin tener que ser propiciadas por un acierto o error, como comenté anteriormente. En este caso son instrucciones que el entrenador, por iniciativa propia, quiere aportar con  base en su planificación un observación.

Animar
Más allá de errores o aciertos, en ocasiones resulta importante dar ánimo a los deportistas.  sin que  sea necesario un estímulo  positivo o negativo para hacerlo.

Todas las conductas mencionadas permiten una interacción directa entre deportista y entrenador, bien sea positiva o negativa. Dependerá de cada entrenador la decisión de utilizar una u otra. Tras analizar cada caso, en los momentos indicados, para generar respuestas positivas y alcanzar a los objetivos propuestos.

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