Uno de los problemas que se suele presentarse con el personal es el agotamiento psicológico. Herbert Freudenberger (1974) fue el primero en utilizar el término burnout, el cual proviene de la industria aeroespacial, y se refiere al agotamiento del carburante de un cohete, como resultado del calentamiento excesivo. Freudenberguer lo llevó al campo de la psicología para explicar este proceso en las personas que se desgastan por exceso de trabajo. Según Freudemberg, en el ser humano ocurre un proceso similar en el cual se produce una pérdida gradual de energía hasta llegar al agotamiento total y extremo del individuo.
El autor explica que este síndrome al principio se produce causando en el empleado un estado de ¨chamuscamiento¨. Posteriormente, cuando la persona presenta síntomas físicos de agotamiento, se encontrará totalmente ¨destruida¨.
No solo en el caso de exceso de trabajo o tareas se presenta el síndrome, sino también en el caso de una persona sin motivaciones, ni proyectos de vida propios. Estos desgastes, que ocurren en el ser humano y en algunos procesos laborales, produciendo e incrementando los efectos del síndrome, son motivo de preocupación de los empresarios y los psicólogos. Teniendo en cuenta la importancia del recurso humano y el riesgo que corre de sufrir burnout, y por tanto disminuir su rendimiento, es necesario evitar que el personal que labora las empresas llegue a padecer este síndrome.
En la actualidad, se ha observado un incremento de síntomas de burnout (síndrome de agotamiento psicológico) en los empleados de las grandes y medianas empresas.
El síndrome de agotamiento psicológico en los empleados representa una variable que debe ser considerada a nivel empresarial, ya que ello contribuye al deterioro en el trato con el público y en los niveles de producción.
La complejidad del ser humano obliga a tomar en consideración múltiples aspectos que no tendríamos que tomar en cuenta si estuviéramos trabajando con máquinas. En este sentido, es necesario evaluar cómo se presenta el agotamiento psicológico en los empleados para posteriormente implementar un mecanismo de desarrollo de las capacidades psicológicas de los mismos, y proponer un plan de acción para poder alcanzar el mejor desempeño de éstos.
Maslach (1976) define el síndrome de burnout como “un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal en el trabajo que puede desarrollarse en aquellas personas cuyo objeto de trabajo son personas en cualquier tipo de actividad”
Siguiendo a Cherniss (1980), apuntamos las tres fases evolutivas del desarrollo del burnout:
Primera fase: Si se produce un desbalance entre las demandas y los recursos, estaríamos una situación de estrés psicosocial.
Segunda fase: Estado de tensión psicofísica.
Tercera fase: Presencia de cambios conductuales como consecuencia del afrontamiento de tipo defensivo y huidizo, que llevan al empleado a evitar las tareas estresantes y procurar el alejamiento, llegando a tratar a los clientes de forma distanciada, rutinaria y mecánica, y a anteponer la gratificación de las necesidades personales, al servicio que se presta.
El síndrome se va desarrollando paulatinamente hasta alcanzar niveles de deterioro personal muy graves. Así, tenemos un primer nivel en el que se observa el desgano por ir al trabajo, síntomas físicos como dolor de cuello y espalda. La persona no sabe bien qué le pasa, solo reconoce no sentirse bien.
En el segundo nivel comienzan a detectarse molestias en la relación con los otros. Puede aparecer la sensación de persecución y el individuo deja de ir a trabajar.
En el tercer nivel se hace evidente la disminución de la capacidad laboral y comienzan a padecer enfermedades psicosomáticas tales como alergias, soriasis, hipertensión, entre otras. Es posible que el empleado recurra a la automedicación, logrando un efecto placebo temporal. En algunos individuos comienza la ingesta alcohólica excesiva.
En el cuarto nivel encontramos alcoholismo, drogadicción, enfermedades graves tales como cáncer, accidentes cardiovasculares e incluso, intentos de suicidio. En esta etapa se llega a abandonar totalmente el trabajo.
El síndrome de burnout puede producir manifestaciones físicas, mentales y conductuales. Entre las manifestaciones mentales podemos señalar: sentimientos de vacío, agotamiento, fracaso, impotencia, baja autoestima y realización personal escasa.
¿Cómo pueden actuar las personas que padecen burnout?
Cuando las personas padecen el síndrome tienen dificultad para concentrarse y poca tolerancia a la frustración. Su comportamiento puede llegar a ser paranoides y agresivos en los entornos laborales y familiares.
Físicamente, los síntomas más recurrentes son: cefaleas, insomnio, algias osteomusculares, alteraciones gastrointestinales y taquicardia.
A nivel conductual, predominan las adicciones y la evasión, aumenta el consumo de café, alcohol, fármacos y drogas ilegales, lo que lleva al individuo a faltar al trabajo. El rendimiento de las personas con síndrome de burnout baja considerablemente. Su estado emocional los lleva conflictos personales en la empresa y en la casa. Otros se distancian de compañeros y amigos.
Entre la variada fisiopatología del estrés Hans Selye describió tres fases o estados de adaptación al estrés que progresivamente van minando la salud del profesional. Estas son:
Reacción de Alarma: El organismo, amenazado por las circunstancias se altera fisiológicamente por la activación de una serie de glándulas, el cerebro, al detectar la amenaza o riesgo, estimula al hipotálamo quien produce "factores liberadores" que constituyen substancias específicas que actúan como mensajeros hacia zonas corporales específicas.
Una de estas substancias es la hormona denominada A.C.T.H. (Adrenal Cortico Trophic Hormone) que funciona como un mensajero fisiológico que viaja por el torrente sanguíneo hasta la corteza de la glándula suprarrenal, la cual, bajo el influjo del mensajero, produce la cortisona u otras hormonas corticoides. A su vez, otro mensaje que viaja por la vía nerviosa desde el hipotálamo hasta la médula suprarrenal activa la secreción de adrenalina. Estas hormonas son las responsables de las reacciones orgánicas en toda la economía corporal.
Estado de Resistencia: Cuando un individuo es sometido en forma prolongada a la amenaza de agentes agresivos de tipo físico, químico, biológico o social, aunque tiende a seguir su adaptación a las demandas de manera progresiva, puede que disminuya sus capacidades de respuesta, debido a la fatiga que se produce en las glándulas del estrés. Durante esta fase suele ocurrir un equilibrio dinámico u homeostasis entre el medio ambiente interno y externo del individuo. Si el organismo tiene la capacidad para resistir mucho tiempo, no hay problema, en caso contrario avanzará a la fase siguiente.
Fase de Agotamiento: La disminución progresiva del organismo frente a una situación de estrés prolongado conduce a un estado de gran deterioro con pérdida importante de las capacidades fisiológicas y con ello sobreviene la fase de agotamiento en la cual el sujeto suele sucumbir ante las demandas, pues se reducen al mínimo sus capacidades de adaptación e interrelación con el medio.
Maslach describe cada uno de estos aspectos de la siguiente manera:
-Agotamiento emocional: cuando hay una disminución o pérdida de los recursos emocionales
-Despersonalización o deshumanización: Consiste en actitudes negativas de insensibilidad y desarraigo hacia los receptores de los servicios prestados.
-Falta de realización personal: Se suele evaluar el trabajo de forma negativa, con vivencias de insuficiencia profesional y baja autoestima personal.
Al tener en cuenta todos los factores negativos que pueden intervenir en la persona y generar cambios en su entorno personal y laboral considero fundamental que las empresas atiendan a estos factores comúnmente olvidados y entiendan los beneficios laborales y personales que se pueden obtener si se maneja de forma adecuada.
Próximamente presentaré un artículo sobre al agotamiento psicológico en los deportistas.