En Enero del 2017 se realizó el Abierto de tenis de Australia 2017. En el mismo participaron los mejores tenistas del mundo, como es costumbre en un torneo tan importante a nivel mundial.
Llevábamos meses sin ver, entre los 5 primeros, a quienes ocuparon por años los puestos 1 y 2 del mundo, Rafa Nadal y Roger Federer, es más, ambos ostentan el récord de la más larga rivalidad, permaneciendo entre el 1 y 2 del ranking mundial de la ATP por más de cinco años consecutivos. Sin ninguna duda dos deportistas con unas capacidades fuera de serie.
Hay quienes dicen que lograr llegar a la cima es difícil, pero lo realmente difícil es mantenerse en ella. Pues estos dos tenistas lograron mantenerse en lo más alto del ranking y en los más altos niveles de exigencia. Este esfuerzo, más allá del indiscutible nivel técnico y físico de Roger, el más técnico del mundo, y la potencia y capacidad física de Rafa, hay que destacar una capacidad mental admirable en ambos deportistas, aunque reconozco que la de Rafa es digna de estudiar.
En otra oportunidad escribiré un artículo sobre la habilidad mental de ambos jugadores y dedicaré páginas desarrollando las variables, ya que en esta ocasión quiero hacer énfasis en los valores de ambos, más allá del rendimiento. Cómo son capaces de transmitir sus ganas, entrega y deseo de ganar sin pasar por encima del rival a toda costa, al contrario resaltando las virtudes de su competidor.
Ambos jugadores llegaron al Open de Australia en un momento desfavorable. Venían de un parón por lesiones. Y ubicados en el puesto 17 del ranking mundial en el caso de Roger y en el puesto 9 en el caso de Rafa. Como dicen los comentaristas, en los papeles no figuraban como favoritos. Pero de eso se trata la magia del deporte. Luego de un torneo espectacular, ambos vuelven a jugar una final. Para deleite de los amantes del tenis, Nadal y Federer vuelven a ofrecer uno de los partidos más emotivos y espectaculares de la historia del tenis.
El mundo del Tenis ha disfrutado más de Treinta y siete encuentros entre ambos. Sin duda un deleite haber sido testigo de esa final de Australia, en la que se vivieron los valores del deporte al máximo.
Admiración mutua absoluta.
Estos dos deportistas muestran su admiración y respeto en dos aspectos claros del deporte: Uno: la entrega total a nivel de concentración buscando ganar pero respetando, por encima de todo, las reglas del juego. Dos: en las declaraciones postpartido en plena cancha, aún cuando las emociones estaban a flor de piel. Quiero rescatar las declaraciones de Federer al terminar la Final de Australia: "Felicito a este increíble competidor, por su regreso increíble. El tenis es un deporte duro y no hay empates. Si los hubiera, sería muy feliz de compartirlo contigo, Rafa"
Es importante recordar que Roger Federer, número 17 para el momento, es el jugador con más grand slam, 18 con el de Australia, en la historia de este deporte, así como Rafa Nadal para aquella final número 9 y con 14 grand slam. Sin lugar a dudas estamos hablando de dos de los mejores tenistas de la HIstoria.
Es simplemente ejemplar ver lo que han logrado a lo largo de su trayectoria y que su actitud dentro y fuera de la cancha sea de respeto y cordialidad sin el ego dañino revoloteando, al contrario, lo que los ha hecho más grande es su forma de ser, su ética profesional.
Hoy en día el deporte en general, bien sea amateur, profesional o lúdico, necesita más Nadales y Federes que lo engrandezcan y que le den, a través de los valores y la ética, el lugar que merece en la sociedad.
Gracias ROGER, Gracias RAFA.