Cuando hablamos del deporte base (también llamado deporte formativo, es el deporte que realizan los niños y jóvenes con objetivos de competición en la adultez) parece increíble observar que en las gradas se viva la emoción de lo que ocurre en la cancha casi con más intensidad y vehemencia que en el deporte mayor. He presenciado momentos realmente vergonzosos, así como otros maravillosos, cuando se trata de padres haciendo barra a sus hijos. Hace más de 12 años me tocó estar en medio de una trifulca (pelea callejera) en un Campeonato nacional sub 16, en el que los padres, después de 40 minutos de insultos, llegaron al extremo de entrar al terreno y agredir a uno de nuestros futbolistas, lo que derivó en una vergonzosa pelea.
Después
de aquel suceso, que vivimos lejos de casa, tocó un largo tiempo de reflexión.
Era mi primer campeonato nacional ya no como futbolista sino como psicólogo y
estaba viendo repetirse lo que tantas veces viví dentro del campo. Partidos
detenidos por insultos de padres desde las gradas. ¿Qué pasa con el ser humano
para llegue a ese punto de agresividad por el desarrollo de un juego? ¿Cómo se
puede llegar a agredir no solo de palabra, sino también físicamente por un resultado
u otro? Definitivamente olvidamos lo realmente importante en el deporte. Por un
momento llegué a pensar que esas cosas pasaban en Venezuela porque
futbolísticamente estábamos poco
avanzados, hasta que llegué a Europa y en España (modelo futbolístico
del mundo) vi, en un partido de futbol base, que sucedió exactamente lo mismo.
Esto va más allá de un país y su cultura. Esto se trata de las emociones y
conductas de los padres que no valor el deporte como deporte sino como
competencia.
Desde
ningún punto de vista mi intención es la crítica destructiva para con los
padres, todo lo contrario, mi intención es generar consciencia, sobre todo se trata de identificar qué tipo de
padres estoy siendo y que tipo de padre realmente quiero ser o debo ser para apoyar
a mi hijo en su experiencia deportiva. A continuación presento una
clasificación de tipos de padres según Frank Smoll (1991).
Tipos
de padres:
-Padres
desinteresados.
-Padres
excesivamente críticos (hipercríticos)
-Padres
vociferantes
-Padres
entrenadores auxiliares.
-Padres
sobreprotectores.
Padres
Desinteresados:
Se
caracterizan por no asistir a las actividades deportivas de sus hijos
(entrenamientos, competición, compartir) No le dan el valor adecuado al deporte
en el desarrollo de sus hijos, lo ven como
un simple pasatiempo y no como una herramienta de aprendizaje,
socialización, crecimiento, desarrollo de habilidades motrices entre tantas.
Padres
excesivamente críticos (hipercríticos):
Al
contrario de lo que sucede con los desinteresados, los excesivamente críticos
son padres que participan de forma entusiasta en las actividades deportivas de
sus hijos, pero su interacción son es positiva. Constantemente están comparándolos
con los demás compañeros, lo que lleva a los chicos a un encuentro de emociones
y acciones desagradables y de índole negativa. Sus valoraciones son poco
objetivas y el nivel de presión que imprimen a los niños es absolutamente
inadecuado para su edad y contexto.
Padres
Vociferantes
A
este tipo de padre se le observa constantemente en los entrenamientos y
competición. Gritan para regañar o vitorear a sus hijos. Incluso cuando lo
hacen para celebrar sus jugadas acertadas, solo logran que los chicos pierdan
su concentración.
Padres
Entrenadores Auxiliares
Quieren
constantemente intervenir y dar órdenes a sus hijos basándose en su criterio, y
en muchas ocasiones pasan por encima del entrenador. Es importante que tengan
en cuenta que este tipo de comportamiento genera confusión en los niños. En
muchas oportunidades, he visto cómo un entrenador da una indicación y desde la
grada el padre grita exactamente lo contrario.
Seamos conscientes de que el entrenador tiene que tener un planteamiento
y esa indicación la está dando basándose en su criterio o estrategia.
No
le hagamos creer a nuestros hijos que podemos pasar por encima del entrenador,
porque eso será lo que intentarán de
imitar en las oportunidades en que no les salgan las cosas como ellos esperan.
Recordemos
que en los equipos, aún en los momentos
de victoria, nos podemos encontrar con un grupo motivado y contento y otro, que, por no jugar, pueda generar
emociones negativas.
Padres
Sobreprotectores
Son
aquellos padres que perciben el deporte que practican sus hijos, como un
constante riesgo. Suelen mostrarse muy
nerviosos durante la actividad, y en
ocasiones pretenden intervenir directamente
en la actividad.
Existen
muchas clasificaciones de tipos de padres, ésta, desde mi punto de vista, es
una de las más interesantes y que nos permite explicar claramente el
comportamiento de algunos padres de deportistas base.
Es
importante que los padres logren identificar si están actuando según alguna de
estas clasificaciones. Evaluar su comportamiento como padre y las consecuencias
que este comportamiento tendrá en sus hijos, les permitirá tomar las medidas necesarias para cambiar, si
es necesario, lo que permitirá un
desarrollo más equilibrado y probablemente una relación padre hijo más cómoda
para ambos.
Deserción
por presión
Desde
mi experiencia personal como psicólogo deportivo, la presión a los niños deportista
llega a niveles insanos, generando en ellos respuestas totalmente inadecuadas
para su edad, y en gran parte de los casos, conduce al resultado contrario de
que los padres desean, llegando a producirse rechazo a la actividad deportiva
por parte del niño.
El tema de la presión amerita un artículo entero que desarrollaré en los próximos meses. En esta oportunidad me quiero enfocar únicamente en la presión que los padres ejercen sobre sus hijos deportistas. Como mencionamos en el artículo anterior, no podemos sobreponer la presión por logro el objetivo final al aprendizaje adecuado y lúdico en el deporte base. La clave en esta etapa, más allá de un resultado, es el desarrollo de habilidades motriz, social, comunicacional, de liderazgo, entre otras.
He
tenido casos en los que deportistas a un paso de ser atletas olímpicos
abandonan la actividad por presión de los padres, dejando todo de un día a otro,
tras largos años de entrenamientos y esfuerzo.
Me ha tocado lidiar con padres que le echan en
cara a los hijos, enfrente de mí, todo lo
que han invertido en tiempo y dinero para el desarrollo de ellos como
deportistas, y que no pueden abandonar su disciplina.
Es
en este aspecto que quiero hacer énfasis y propiciar la reflexión en los
padres. No olviden que ante todo son nuestros hijos y que el aprendizaje es lo
importante, incluso más allá del resultado final alcanzado en una competencia
en particular.